Vamos al mundial de Sudáfrica! Y con el equipo jovencito que tenemos, el año que viene va a dar para entretenernos.
Así que un gracias de corazón al ultra comprometido grupo de jugadores, técnicos, auxiliares, etc, que conforma la selección de Tabárez. ¡Huy! me olvidaba de los veinte mil espectadores —pagabas una entrada y te llevabas dos— que fueron al Centenario contra Colombia luego de perder 1 a 0 con Perú… ¡Ah!… y de los cuatro presidentes que tuvo la AUF —¡sí, cuatro!— en esta eliminatoria.
Pero lo nuestro es el básquet y los uruguayos que juegan en el exterior la están rompiendo:
_ El gato entre la leña García Morales, jugando para los Halcones de Xalapa —uno de los finalistas de la última edición de la Liga de las Américas—, anda incendiando redes por México.
_ El ratón de gimnasio Nicolás Mazzarino, en su quinta temporada en la Medical Cantú de la Lega d´Italia, equipo del cual es el capitán —¡un honor para todo el básquet celeste!—, vive su segunda juventud a dieciocho puntos por partido.
_ Jayson la perla negra del Plata Granger, jugador del Estudiantes de Madrid, con sus veinte años recién cumplidos, es parte de la rotación de su equipo en la selectiva ACB —máxima competencia española, considerada la mejor liga doméstica de Europa.
_ Y Esteban la sensación Batista, que en la ACB (el fin de semana pasado su equipo, el Acción Fuenlabrada, perdió de visita contra el de Jayson) ya se estableció como pívot de elite, promedia números de espanto entre los ¡pívot de elite!: ¡diecisiete puntos y nueve rebotes por juego!
Si tomamos como referencia a Argentina, que es la número 1 del ranking mundial FIBA, lo que están haciendo los nuestros en el Viejo Continente es sorprendente: ellos no tienen un pívot que esté a la altura de Esteban. Oberto y Scola, ambos en la NBA, son otro tema. Tampoco tienen un proyecto mundial top como Jayson, ni un dos como el Nico —sí, sí, Ginobili sí, pero el olímpico Paolo Quinteros no le llega al hombro.
La lógica era que esta columna fuera sobre la Liga Uruguaya, pero como es de muy bajo nivel —si nada raro pasa la final va a ser Defensor-Malvín (estos equipos la temporada pasada no hubieran llegado a la semifinal)— hay poco para analizar, y el tema organizativo llega a niveles ridículos (ahora se empieza a jugar tres veces por semana, Ferro parece que abandona, el año que viene van a ser dieciocho equipos, etc.), antes que ponerme a tirar pálidas en tiempo de fiesta, decidí escribir sobre cosas pa´rriba. Es que en este buen momento de la era Forlán —Manchester United, dos veces goleador de España, Unicef y ¡Uruguay clasificado al mundial!— quiero disfrutar a pleno. Y sí… festejar es sembrar alegría. ¡Gracias, muchachos!