El 27 de noviembre de 1983, exactamente treinta y un años atrás, al finalizar el acto del Obelisco conocido como Río de Libertad, me crucé con un amigo del básquet, bastante mayor que yo y muy politizado, que al verme tan entusiasmado con el inminente retorno a la democracia me advirtió: “Tatín, ¡ojo con las expectativas! Por supuesto que la democracia es mucho mejor que esta dictadura, y por supuesto que hay que sacarse de arriba a estos milicos gorilas y asesinos, pero —y se acercó para mirarme en los ojos— mirá que los políticos son capaces de cualquier cosa, ¡de cualquier cosa!”.
¿Te gustaría el domingo votar por un oriental que dice lo que piensa y hace lo que dice? Este hombre no tiene, ni nunca tuvo, un aparato político que lo sostenga en los medios o en la opinión pública. Tampoco cuenta con oenegés ni con millones de dólares del empresariado que lo financien. Es más: lo han perseguido para cerrarle las puertas laborales y él, sin andar pidiendo favores que lo hipotecaran, ha conseguido subsistir. Yo, el domingo, me voy a sacar las ganas y dentro del sobre voy a poner un papel que diga: “Voto por los Mario Bardanca de mi país”.
El empresario televisivo Francisco Casal y “su gente”, unos quince años atrás, lograron, porque no les gustaba lo que opinaba Bardanca, que lo echaran de Canal 10. Luego lo persiguieron hasta debajo de las piedras. Días atrás, como parte de una negociación, un representante de Tenfield —empresa de Casal— le planteó a Canal 4, donde hoy trabaja Bardanca, que lo echen.
¿Cómo será una cotidianidad donde uno de los mayores grupos económicos del país te anda “correteando” por todos lados? ¿Vos te la podés imaginar?
El presidente saliente Pepe Quijote Mujica, los aspirantes al sillón Luis Positive Vibrations Lacalle Pou y Tabaré Paternóster Vázquez, y el agonizante Pedro Máster en Disciplina Bordaberry, ninguno se atreve con el Emperador Paco. En toda la campaña ni una palabra de aquí ni una de allá. Nadita.
Me gusta decir que los primeros veinticinco minutos de la película El padrino son inigualables. En ellos, el capo mafia Vito Corleone le dice a un “amigo” que le ha solicitado un “favor”: “Algún día, y es probable que ese momento nunca llegue, quizás te pida que hagas algo por mí…”. A Paco mejor tenerlo de amigo. Con Paco, mejor violín en bolsa. Con Paco, mejor todos al mazo.
El domingo, con el recuerdo emocional del Río de Libertad, tiempos en que nos atrevíamos a desafiar a los poderosos, por la memoria, el presente y el futuro de los que dicen lo que piensan y hacen lo que dicen, voy a votar por los Mario Bardanca de mi país.