El 31 del corriente la selección uruguaya de básquet inicia en Mar del Plata su participación en el Preolímpico de las Américas, que tiene por destino final Londres 2012. El objetivo de la celeste, nada sencillo de lograr por cierto, es clasificar en quinto lugar y así, el próximo año, ser parte de un repechaje mundial que da los últimos tres pasajes a la milenaria competencia.
Gran Bretaña, por ser el país organizador, y Estados Unidos, último campeón mundial, ya están clasificados para la Olimpíada. A ellos se unirán los primeros y segundos de los clasificatorios de Europa y América, los campeones de África, Asia y Oceanía, y tres más que saldrán del repechaje.
En junio o julio del año entrante, en una sede a determinar, doce selecciones de los cinco continentes competirán por esos tres últimos lugares: segundo de Oceanía, segundo y tercero de África y Asia, tercero, cuarto, quinto y sexto de Europa, y tercero, cuarto y quinto de América serán los que participen. El quinto puesto para la zona de América es lo que vamos a buscar a Mar del Plata.
Nuestras posibilidades de una clasificación directa son nulas. Uno de esos dos lugares es para Argentina —parece casi imposible concebir que no gane el oro—. Brasil —¡ojo con ellos!—, a pesar de la ausencia de Nenê, Varejão y Leandrinho, a nosotros nos cae tanto o más indigesto que los hermanos rioplatenses. Un escalón por debajo quedan Puerto Rico y Dominicana.
Los potorros, con el coaching de las leyendas vivientes Flor Meléndez y Carlos Morales, el endiablado base Juan José Barea marcando el ritmo en ambos lados de la cancha, y un plantel dispuesto a ensuciarse la ropa y la cara, es muy posible que vuelvan a mostrar el intimidador básquet al límite que siempre los caracterizó.
Dominicana, que nuevamente juntó a sus NBA Horford, García y Villanueva, todavía mastica el fracaso, con todo lo positivo que esto puede traer, de dos años atrás no haber clasificado al Mundial de Turquía 2010. Liderados por el sólido centro Al Horford, orgullosos de representar a su isla, los caribeños han hecho una preparación a conciencia. El básquet agradable que proponen se ve complementado por un agresivo dúo —Jack Michael Martínez y Eulis Báez— de limpiacristales difícil de igualar. Su clasificación directa o ausencia de las semifinales va a depender de la actuación que tenga en las instancias decisivas su elegante tirador Francisco García.
En lo previo, otro escalón más abajo estarían Canadá y Venezuela. Los norteamericanos, que han realizado una preparación a conciencia —seis partidos en Europa—, aún no han logrado construir un básquet que les asegure meterse en semifinales, pero bueno es saber que, generalmente, ellos son el equipo que durante la competencia mejor ajusta y más crece. Venezuela, con su niño mimado y estrella internacional ascendente Greivis Vásquez en cancha, sueña con tener éxito inmediato al lanzar su nueva generación. Creo que va a precisar bastante más para convertirse en protagonista al más alto nivel mundial.
Nosotros, al iniciar la serie, vamos a tener libre la primera fecha y luego jugaremos cuatro partidos en forma consecutiva, de los cuales ganando uno nos estaríamos asegurando pasar a la segunda fase. Nuestro objetivo de alcanzar el quinto puesto tolera perder en el debut con Argentina y la segunda fecha con Puerto Rico, pero no con Panamá la tercera, encuentro donde el principal rival no va a ser el talentoso y ciclotímico plantel centroamericano, sino las horas de descanso. Te cuento: La noche anterior a Panamá tenemos a las 20 y 30 que fumarnos al campeón de la NBA Juan José Barea y sus potorros arrancacabezas y comepiernas. Entre la charla pospartido, que volvés al hotel, te bañás y comés, como fácil se hace la una o dos de la mañana. No quiero meterte en el íntimo mundo de cuánto demora la adrenalina en bajar, perooo… La cosa es que unas doce horas después, a las 14 del otro día exactamente, está fijado el determinante juego con Panamá. Ellos, por su lado, el día anterior a enfrentarse con nosotros juegan con el débil Paraguay a las 11 y 30.
Para ganarle a Panamá en estas condiciones sería aconsejable darle a Batista, en vez de una camiseta, un disfraz de Hombre Araña. A García Morales una Linterna Celeste. A Osimani una capa que diga Súper Oso. A Aguiar la pócima del druida que tomaba Asterix. Ya que estamos, le damos un poco de esta también a Jauri, técnico responsable, al que bien le vendría tener a Fischer, Spassky y Bobby McFerrin de asistentes técnicos —este último es el autor de la canción que dice don’t worry, be happy—.
La imposibilidad de clasificar está instalada. Pero quién te dice que en una de esas los superhéroes nos salven a todos. Incluida a la dirigencia que, aparte de perder por knock out en el fixture, es incapaz de organizar una liga doméstica lógica, de generar recursos, de construir una cancha para que se preparen las selecciones nacionales de formativas, femeninas, mayores, de que no falte la ropa para entrenar, de buscar puntos en común con Jayson Granger o Kiril Wachsmann, de…
Lo positivo es ver el surgimiento de un nuevo superpoder o ser mitológico, que si fuera necesario igual jugaría con una fracturita. Me refiero a Matías Avatar Calfani, diecinueve años, que unos cuatro meses atrás le podría haber dado a Biguá un título de liga si el entrenador de turno hubiera sabido qué hacer con él. Qué pena. Y lástima nos debería dar que Iván Loriente, segundo en anotaciones en el Premundial Sub 19 jugado en el 2010, con 22 puntos de promedio, no tenga un rol protagónico en su club ni haya sido citado en la preselección. Lo curioso es que Raulzinho, un brasileño de su misma edad que en los encuentros directos no siempre salió bien parado con el ninguneado Iván, pero que el año pasado integró el plantel mayor de su país que participó del Mundial de Turquía, hace unos días fue contratado con bombos y platillos por un equipo de la Liga Española. Si a los talentos se les dan opciones de desarrollo, quizás lo hagan. Pero si no se les dan, entonces es seguro que no se van a desarrollar, y menos los van a ver y respetar desde el básquet del mundo. Esta omisión la vamos a pagar cara dentro de unos años. ¿O nadie se dio cuenta de que no hay sustituto para García Morales?
El último juego de la serie es con Paraguay y dos días después empieza el cruce con los cuatro clasificados de la otra serie, que serían Brasil, Dominicana, Canadá y Venezuela. El mejor de los escenarios es que, superpoderes mediante, le ganemos a Panamá y en el primer cruce, gracias a que vamos a tener dos días de descanso, nos encontremos con los dominicanos y ¡púmbate!, les ganemos —hace dos años faltando setenta segundos los tuvimos ahí y se nos escaparon—. Al otro día, hagamos de cuenta que nos toca con Brasil, y como nuestra rotación es dos jugadores más corta que la de todos los demás, entre que ellos vienen algo cómodos y nosotros un poco cansados, perdemos. Así que definimos con Canadá y Venezuela la posibilidad de meternos en semifinales. Pero como los superpoderes no son recursos renovables y ya acumulamos mucho cansancio —es de esperar que los superhéroes no sientan los golpes o no se doblen tobillos—, perdemos uno de los dos. La diferencia de puntos y todo eso no nos favorece, nos quedamos fuera de las semifinales y nuestra prensa especializada se enoja porque si Fulano hubiera embocado aquella pelota qué habría pasado… si Mengano no hubiera hecho aquella quinta falta entonces esto y lo otro… si Perengano no está cómodo en el plantel es porque no se lleva con…
El asunto es que nos venimos a casa con el quinto puesto que nos reenvía al repechaje del año que viene. Claro que todo esto sería imposible lograrlo sin la valiosa contención arbitral que en cada instancia decisiva nos otorgó el beneficio de la duda. No olvides que nuestra incontenible fuerza dirigencial marca diferencias. Cómo verás, el Preolímpico Mar del Plata 2011 es una papita.
¡Aaah, me olvidaba! Y para el repechaje no sería una mala idea ir a hacer la preparación a la estancia La Aurora, la que está en el límite entre Paysandú y Salto, al lado de la gruta del Padre Pío, a la que de todas partes del mundo vienen a nuestro país a conocer porque parece que hay una energía especial, se avistan ovnis y cosas por el estilo.