El espectáculo de la multimillonaria NBA —mientras el gangsterismo político estadounidense predica estar retirando sus tropas militares del pauperizado Irak, donde durante una década ha buscado armas secretas que habrían hecho unos hombres muy malos y que podrían destruir al planeta enterito en un santiamén— tiene por eslogan where amazing happens, que sería algo así como donde lo asombroso sucede. Los creativos publicistas de la NBA no mienten ni un poquito.